AMADO GÓMEZ
“EL CABRERO
POETA”
Se cuenta que a
mediados de la centuria del pasado siglo recorría con su rebaño de cabras los
arribanzos de Fermoselle un personaje muy conocido en la villa. Se trataba de
Amado Gómez, “cabrero y poeta” que hizo de su vida un combinado de amor a la
naturaleza y a los animales aderezado con un toque de cultura y filosofía
popular.
Ya en 1965 escribió
D. Ángel Peláez, párroco del pueblo, en el Imperio de Zamora, diario del que
era corresponsal lo siguiente: “Amado
Gómez González, es uno de los hombres del campo fermosellano con acusada y
recia personalidad. Está encariñado con su profesión, con el campo, diríamos
mejor, y con su rebaño, pues también es ganadero. Amago Gómez es hombre
práctico, conoce bien el campo y sus problemas y también el ganado y sus
productos. Es entusiasta de la cooperación y por tanto de la Bodega Cooperativa
de la que es socio así como de la Almazara”.
Siendo adolescente
recuerdo a Amado llegar todos los atardeceres a su casa, en la calle del Mesón,
después del duro trabajo diario, con su atuendo característico conformado por
el sombrero, americana, morral y cañata. En la lancha junto a la puerta
solíamos sentarnos a charlar de lo divino y sobre todo de lo humano. Lo que más
le preocupaba era el progreso de Fermoselle y la mejoría sociolaboral y
económica de sus vecinos. Amado fue un adelantado a su tiempo. Con su lenguaje
fluido y un tanto carismático hablaba y
no paraba del plan de desarrollo, de las industrias agroalimentarias, de la
concentración parcelaria, de la renovación del trabajo en los viñedos, de la
explotación de la fruta y por supuesto de los beneficios de las cooperativas. Estos
temas continúan de actualidad en Fermoselle después de seis décadas. Un ejemplo
de ello los plasmó en este poema:
COOPERATIVA “VIRGEN DE LA BANDERA”
Una obra de tanta
prosperidad
Para que los
productos
Se puedan
revalorizar
Hay quien no hace
más que criticar
Para quitarles las
intenciones
A los demás.
Estos vinicultores
Ya estaban cansados
a trabajar
Y entregar sus
cosechas a unos señores
A como se las
quisieran pagar
Si todos fuéramos
unidos
Podíamos lograr
Tener todo lo
necesario
Para nuestros frutos
Poderlos elaborar.
Os voy a poner un
ejemplo
dejando muchos “pa”
trás
Que tenemos la
higuera
Que es la planta
Que más producto da
Y por no tener un
secadero
Dejamos este fruto
estropear…
Pero Amado tuvo
otra faceta tal vez desconocida para sus contemporáneos como fue su afición por
la literatura y más concretamente por la lírica. Muchos de sus ideales, sus
reflexiones, sus preocupaciones y su amistad con algunos vecinos quedaron para
siempre recogidos en un poemario escrito y editado por su yerno Emilio García,
el hombre de las cuentas del Pulijón, en 1966. Entre otros aparecen los
dedicados a personajes como: Antonio Regojo, Antonio “Muerto”, el Morrillo, el
Mugarro, el Manolo “Ratica”, Emilio Ritos y hasta el alcalde Galiana con quien
mantuvo correspondencia desde San Juan de Puerto Rico.
Si hoy viviera Amado
seguiría predicando, no sé si en el desierto, y exponiendo sus saberes y
aconteceres a sus convecinos convencido de que el futuro se construye con el esfuerzo del día a día y que nadie nos
lo va a regalar, ni viniendo en helicóptero.
Agradecimiento a
Emilio por la cesión de las fotos y resto de material.
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