UN MURCIÉLAGO.
“DISTINGUIDO”
MORADOR DEL PULIJÓN
Ni soñamos,
ni fabulamos, ni mentimos. El título de este post es una auténtica realidad que
con tiempo habrá que estudiar como un caso un tanto desconocido por los lares
en los que se asienta el hecho que vamos a tratar. Sí, señores, un Chiroptera,
más conocido como murciélago, habita a sus anchas entre las paredes del
Pulijón.
abril 2004 |
Corría el mes
de abril del año 2.004 cuando se atisbó por primera vez a este mamífero volando
en la planta-bar de nuestra asociación desapareciendo con rapidez a la vista de
los allí presentes. Pasados unos días y acompañando a un grupo de visitantes
asturianos pudimos comprobar cómo dormitaba en una de las estancias de la
bodega (la que se encuentra horadada en la roca del fondo) colgado de la pared.
La sorpresa fue mayúscula y se aprovechó la ocasión para inmortalizarlo con la
cámara de fotos.
noviembre 2011 |
Pasaron
varios años sin localizarlo aunque desconfiamos de que seguiría habitando entre
las paredes húmedas de las cuevas
graníticas del Pulijón debido a unas muestras de pequeños excrementos que
aparecían en un determinado lugar y siempre el mismo. Se recogían de vez en
cuando apareciendo nuevamente. Aun así, nos quedaba la duda de si para su
alimentación saldría al exterior por la zarcera o haría recorrido por alguna
otra zona a través de dos pasadizos existentes en este piso subterráneo y que
nunca se han escrutado.
abril 2012 |
Así
llegamos a noviembre de 2.011 detectando
su presencia en la pared izquierda de las escaleras que dan acceso a la otra
salida desde la bodega del fondo. Su estado y posición era el mismo que el de
unos años antes.
Tras ser fotografiado en abril de 2.012, nos presentamos en enero del presente
año 2.016 y coincidiendo con unos amigos tordesillanos nos dimos de cara con
tan “distinguido” morador que se colgaba justamente de la sujeción que une la verja que separa dos de las bodegas a la
pared.
En todas las ocasiones hizo caso omiso a los
ruidos y a los flases, por lo que deducimos que, como sus apariciones coinciden
con meses entorno al invierno, se encontraría en estado de hibernación ya que “escogen lugares como
cuevas, minas, oquedades de árboles, grietas o incluso en lugares expuestos, con humedad alta, a fin de evitar el exceso de pérdidas por evaporación, que les obligaría a despertarse con más
frecuencia para beber y para evitar que se le sequen las alas”.
enero 2016 |
Somos desconocedores de si se trata del
mismo ejemplar pues siempre ha aparecido en solitario, pero si tenemos en
cuenta que “la longevidad media de los murciélagos suele ser de cuatro o cinco
años, aunque a menudo alcanzan diez y hasta veinticinco años, y algunas
especies pueden llegar a vivir treinta años de edad”, no sería de
extrañar que estemos hablando del mismo ejemplar que, por supuesto, se siente muy
a gusto en las estancias pulijoneras.
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