FERMOSELLE, PRIMER CLASIFICADO

Ya
es definitivo. Cerrada la fase provincial de clasificación como “PUEBLO MÁS
BELLO DE CASTILLA Y LEÓN”, concurso organizado por RTVCYL, Fermoselle ha ocupado
el primer lugar de la provincia de Zamora dándole el pase a la fase final que
se iniciará en el mes de octubre.

Es momento de felicitarnos por el resultado
obtenido fruto del esfuerzo de mucha gente que ha apoyado la iniciativa fermosellana.
La peña “El Pulijón”
presentó en su momento la candidatura aportando varias fotos acompañadas del texto
que reproducimos.
El 5 de marzo recibimos el siguiente e.mail:
"El pueblo más bello
Lun 05/03/2018, 17:37
Buenas tardes,
Ya pueden votar a su pueblo en la página
web www.elpueblomasbello.es. Recuerden
que pueden votar a varios pueblos pero solo una vez a cada uno. Cuando voten
deben introducir un email para recibir así el mensaje de validación
en su correo electrónico. Es imprescindible que validen el voto para
que se compute. Si no reciben ese email de validación, revisen la
bandeja de correo no deseado.
El plazo de votaciones finaliza el 14 de
junio. En los días posteriores se dará a conocer a los dos ganador
de cada provincia, uno de menos de 1.000 habitantes y otro de más de 1.000, que
serán los 18 pueblos protagonistas del programa y los que competirán en la
fase final por el título de Pueblo más bello de Castilla y León.
Muchas suerte!"
Aquí
el texto al que hacíamos referencia anteriormente:

Escribía
D. Miguel de Unamuno en su libro De mi vida lo siguiente:
‘…Es Fermoselle un pueblecito cuyas casas
parecen sembradas a voleo entre peñascales, a los que se agarran para no caer,
en medio de un paisaje de berruecos, tormos y peñascos, en que donde quiera se
resquebraja el suelo mostrando sus entrañas rocosas. Y a este paisaje pedernoso
de entrañas rocosas a flor de tierra, adulcígualo una fresca verdura de
vegetación que medra allí a sus anchas, merced al calor que incuba en la
cuenca…’
En su primera visita a Fermoselle en
carnavales de 1.898 relata: ‘Fuimos a Fermoselle desde Zamora, atravesando la
mísera tierra de Sayago, llena de calvicies, entre enclenques robles. Según se
baja hacia la Ribera, las arboledas menudean más y se hacen más lozanas y de un
verde más rico, y dais vista a Fermoselle, encaramada sobre peñascos cual para
ver cómo se abrazan Tormes y Duero. Diríase que han sido sus viviendas
sembradas a voleo sobre los peñascos, y peñascosas a su vez’.
Estos comentarios del profesor nos sirven como magnífica presentación al
concurso ‘El pueblo más bello de Castilla y León’


Y es que a esta localidad del oeste zamorano, cuyo significado etimológico
es el de ‘FERMOSA ELLA’ se la conoce por su tipismo y por las impresionantes
vistas que ofrece del río Duero y de su afluente, el Tormes, donde se abrazan y
fusionan. Esta parte de Zamora, enclavado en una zona sumamente agreste, es uno
de aquellos territorios donde parece que el tiempo ha pasado de largo,
preservando la vida tradicional de sus gentes y los incomparables paisajes que
la conforman. Es un lugar de ensueño que invita al paseo sin prisas y a
descubrir que la vida hay que saborearla día a día, a la vez que la disfrutas
arrastrado por la autenticidad de cuanto te rodea.
Fermoselle es pueblo medieval como pocos y lo testifica con su estructura:


Las calles, angostas, quebradas y sinuosas en extremo, trepan con
dificultad sobre el desnivel en el que se asientan y lucen unas denominaciones
tan evocadoras como: el Guapo, la Callejina, la Amargura, el Mesón, las
Tenerías. Algunas, como la Nogal, el Montón de Tierra o la Cuesta de San Juan,
mantienen su empedrado original como ejemplo de la prestancia que tuvieron en
otros tiempos todas las arterias del casco antiguo. Y qué decir del entramado
laberíntico de las callejuelas en las Palomberas, antigua judería, donde se
confunden el principio y el fin.

Sus sugerentes rincones, silenciosos y mágicos, enredan en un aura, entre
misteriosa y diabólica, que impiden seguir avanzando. Hay que introducirse en
el Callejón de la Cárcel o en el Corral de Concejo para entender de verdad la
aseveración.

No faltan los miradores, magníficamente adaptados para contemplar
cualquiera de los puntos, tanto paisajísticos como urbanos, que desde ellos se
divisan en perfecta conjunción. Ahí están el Castillo, el Torojón, el
Terraplén, las Peñas, los Barrancos, las Escaleras. Sus vistas panorámicas no
dejan indiferentes a cuantos se acercan a sus lugares de emplazamiento.


Y qué decir de sus viviendas, construidas de mampostería o cantería,
aprovechan la base de roca para utilizarla como cimientos, disponiéndose muy
juntas y formando pasos estrechos, como en la calle las Tenerías, donde los
aleros parecen querer darse la mano. Puertas minúsculas de madera dan acceso a
las innumerables bodegas, ¡hasta 1.400 tiene contabilizadas un vecino!,
verdaderos refugios pétreos donde antaño se elaboraban los conocidos caldos de
los Arribes. Algunas, como las del Pulijón, se ofrecen como reclamo a los
visitantes siendo uno de los activos turísticos de la localidad.


El conjunto estaba rodeado de murallas en la época medieval, quedando en
pie una puerta conocida por el Arco.
Todo esto y mucho más se aportó para que Fermoselle fuese declarado
Conjunto Histórico Artístico el 24 de octubre de 1.974.