TIEMPO DE NAVIDAD
La NAVIDAD llama a nuestras puertas y a nuestros corazones
con fuerza y cercanía. Nos ofrece un tiempo de fraternidad y regocijo que debemos aprovechar. El júbilo de la
NAVIDAD inunda nuestros hogares de muy diversos sentimientos que solemos
compartir con las personas queridas. Pero la alegría de la NAVIDAD no se mide en agasajos sino en sonrisas, en
amigos, en familias unidas y en el deseo de los corazones que solo buscan que
su prójimo sea feliz. No permitamos que el verdadero sentido navideño se pierda
entre las grandes “comilonas”, el árbol, los regalos, las cabalgatas, el Papá
Noel…Dejemos un poco de lado el materialismo y concentrémonos en el amor y en
la unión con nuestros seres queridos en esta noche y en estos días en los que el Padre Celestial
nos muestra su estima con el nacimiento de su Hijo.
ROMANCE
DEL NACIMIENTO
Ya que era llegado el tiempo
En que de nacer había,
Así como desposado
De su tálamo salía,
Abrazado con su esposa,
Al cual la graciosa Madre
En su pesebre ponía,
Entre unos animales
Que a la sazón allí había,
Los hombres decían cantares,
Los ángeles melodía,
Festejando el desposorio
Que entre tales dos había,
Pero Dios en el pesebre
Allí lloraba y gemía,
Que eran joyas que la esposa
Al desposorio traía
Y la Madre estaba en pasmo
De que tal trueque veía:
El llanto del hombre en Dios,
Y en el hombre la alegría,
lo cual del uno y del otro
tan ajeno ser solía.
San Juan de la Cruz
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