TRADICIONES NAVIDEÑAS EN FERMOSELLE
Fermoselle
ha cerrado el periodo navideño con tres acontecimientos ya tradicionales en la
villa. Son tres actos muy significativos seguidos con expectación e ilusión por
los habitantes del lugar.
A primera hora de la tarde en la residencia
Conchita Regojo se celebró el “Misterio viviente en el Belén”. En esta escenificación navideña participan
activamente un gran número de residentes con la inestimable colaboración de la
Asociación de Tamborileros “Juan de la
Encina” y el grupo infantil de danza “Ocellum
Durii” que entonaron varios villancicos. A continuación y antes de iniciarse la
“Cabalgata de Reyes”, los Magos de Oriente fueron recibidos en el salón de
recreo por todo el personal de servicio, las hermanas Misioneras de la
Inmaculada y la gran mayoría de los residentes. La acogida fue muy calurosa y
llena de aplausos. Su Majestades tuvieron palabras de cariño y ánimo para todos
los asistentes que seguían con emoción, y seguro que con añoranza, todo lo que
allí acontecía. Al final hubo regalos y abrazos para todos.
Entre dos
luces se inició la cabalgata desde la explanada de la residencia en una noche “de
perros” por el intenso frío y la humedad. Es tiempo de crisis y en esta ocasión
Melchor, Gaspar y Baltasar optaron por un vehículo a motor sin prácticamente
aditamentos para hacer el trayecto que les conduciría hasta la Plaza Mayor tras
un kilómetro de separación.
Encabezaban la marcha los Tamborileros y personas
ataviadas con trajes tradicionales, le seguía la “carroza real”, el grupo de
quintos y algunos niños acompañados por sus padres. Por las arterias más céntricas
de la villa fue seguida la comitiva por numeroso público que salía a la calle
para aplaudir y recoger los caramelos que reyes y pajes lanzaban al aire.
Alto
de Santa Colomba, la Plazuela y el Arco fueron los puntos más intensos del
recorrido. Llegados a la plaza y desde la escalinata situada junto a la casa
consistorial, los Reyes Magos de dirigieron a todo el público allí congregado,
especialmente a los niños, a los que invitaron a ser buenos durante el año y a
que no se olviden de dejar los zapatos bien limpios en el balcón o en algún
punto de la casa, puesto que después de cenar pasarían por todas las viviendas
para dejar los regalos que cada uno hubiese pedido. De esta forma se cerró una
noche de magia y esperanza.
El tercer
acto, de tradición que se pierde en el tiempo, es el “Canto de los Reyes de los
Quint@s”. Entre la víspera y el día de Reyes realizan una serie de actividades festivas
y de hermandad que perdurarán en la memoria de todos. Portando las capas de sus
abuelos, en la mañana del Día de la Epifanía, recorrerán las calles de Fermoselle
y casa por casa solicitarán el aguinaldo de cada uno de los vecinos. No faltará
la charanga, la botella de aguardiente y el burro para colocar en sus alforjas
aquellos dones en especie que algunos siguen ofreciendo. Celebrarán sesiones de
baile, comidas y otros festejos que animan la fiesta. ¡Enhorabuena, muchach@s
por mantener la tradición!
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