TAL COMO
SOIS, TAL COMO SOMOS
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Julio César Iglesias, fermosellano y "Maestro de Periodistas" |
Julio César
Iglesias, periodista y escritor, hijo de D. Julio y Dñª Pilar, ambos maestros
en Fermoselle, vivió en la villa hasta pasada su adolescencia. Posteriormente dejó
el pueblo para realizar sus estudios y
más tarde ejercer su vida profesional toda ella dedicada a los medios de
comunicación. Maestro y referencia en el periodismo español trabajó en el
diario AS, en la cadena SER, en RNE y en TVE. Tiene en su haber dos libros con
temas deportivos, “El deporte en España” y “La esfera y el guante”. Ha sido galardonado con el Premio Nacional de
Periodismo, tres Premios Ondas y dos Antenas de Oro, siendo el gestor del
célebre artículo ‘Amancio y la Quinta del Buitre’, que dio origen a la
denominación del grupo formado por Pardeza, Sanchís, Martín Vázquez, Butragueño
y Míchel, publicado el 14 de noviembre de 1983 en El País.
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Recibiendo la "Uva de Oro" |
Siempre ha sido amante
de Fermoselle y su entorno. En numerosas ocasiones ha visitado la localidad
habiendo recibido en 2.008 la “Uva de Oro” en la VII Fiesta de la Vendimia de
la que fue pregonero.
Con la peña “El Pulijón”
mantiene una relación de amistad, habiendo compartido con sus socios momentos
muy emotivos como fue el día que acompañó a su padre D. Julio en la recepción del
“Pulijón de Oro” en 1.989. Nuestra asociación se siente orgullosa de tenerle como
firmante en el “Libro de Oro”.
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Con el chaleco de la Peña |
Con motivo del 40
Aniversario de la fundación de la peña nos dedicó el texto que recogemos a
continuación para que figurara en la revista que se editó el pasado 2.013.
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Entregando trofeos en la Plaza (1985) |
“Hace sesenta
años, los niños de Fermoselle esperábamos con impaciencia la llegada de dos
señales liberadoras. Aparecían después de las dos únicas estaciones que
conocíamos: el invierno y el verano. A últimos de agosto, por fin, oíamos un
tañido urgente de campana y veíamos acercarse la llama de una antorcha; eran El
Pulijón y La Campana Torera. De pronto recuperábamos nuestras conexiones
íntimas con la luz y el sonido. Reivindicábamos el espíritu de la fiesta.
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Junto a sus padres en el asador del Pulijón (1989) |
La peña El
Pulijón se inspiró en uno de aquellos símbolos. Desde su fundación ha sido una
referencia sentimental, el sistema nervioso conjunto de los fermosellanos que
optaron por el exilio y compartieron un distintivo universal de la nostalgia:
el impulso de volver. Desde primera hora, sus actividades mantuvieron una
imagen de marca; en ellas se vislumbraban la solidaridad, la confianza, la
gratitud o la compasión, los sentimientos que hacen posible un buen paisanaje.
Más que una sociedad recreativa, fue siempre una conciencia colectiva y, en
último término, un timbre de identidad.
Ahora, cuando
cumple cuarenta años, reconozcamos también que su tiempo representa todo lo que
conseguimos recordar o, mejor dicho, lo que nos negamos a olvidar. Es, por
tanto, un hilo conductor que nos une con lo que fuimos y, necesariamente, la
explicación de que seamos como somos. Es, además, la prueba de que crecimos en
aquella montaña de piedra berroqueña y la de que seguimos tan vivos como
entonces.
Por el aire que
respiráis, ese aire que compartíamos bajo el sol y bajo la escarcha, permitidme
que brinde con vosotros.
A vuestra salud,
a mi salud.
A nuestra salud”..
Julio César
Iglesias